Conocimiento del problema

Para comenzar, debemos saber que el principal problema que se nos presenta es limpiar y mantener el cabezal de impresión, ya que estos pueden obturarse si no hacemos uso de la impresora en largos periodos de tiempo.

En ocasiones, se han propuesto soluciones como sistemas de auto-limpieza programada, pero hasta el momento no han resultado. Independientemente de la marca de nuestra impresora, en algún momento tendremos problemas si no realizamos una limpieza adecuada.

Aquí tienes un ejemplo de como resulta la impresión, dependiendo de si los cabezales están limpios o tapados/obstruidos.

Limpieza del cabezal

En primer lugar, se inicia la sección de herramientas de toda la impresora, desplegándose un menú para solucionar el problema.

Tendremos que seleccionar «disolver tinta con tinta», ya que debemos ser conscientes de que la limpieza consume tinta, así que será lo más recomendado.

Aproximadamente esta se acaba después de ocho limpiezas en profundidad.

Una vez realizada, es necesario hacer una prueba a los 20 minutos, y si no funciona correctamente, un segundo intento. Si no mejora la calidad de la impresión,  tendrás que esperar 24 horas para realizar otra limpieza de cabezales. Para evitar esta situación, se recomienda llevar limpiezas periódicas usando tanto el color negro como el tricolor.

Mantenimiento del cabezal de impresión limpio

Es importante que los cabezales de nuestra impresora se mantengan limpios y a punto para obtener una impresión  de calidad en cualquier momento. 

Normalmente las  impresoras lo realizan de forma automática, aunque hay usuarios que prefieren hacerlo ellos mismos, cuando lo que deja de funcionar es un color en concreto. Los dos pasos a seguir son los siguientes: 

  1. El buen mantenimiento del cabezal comienza cuando en un periodo largo de inactividad, lo tapamos para evitar que la tinta se seque y de lugar a la obstrucción.
  2. Seguidamente tenemos que acondicionar los inyectores para mantener la tinta. Por ello, el cabezal expulsará la tinta adecuada en cada impresión y a buena velocidad.

Con el paso del tiempo, se pierden parte de los componentes de tinta, provocando que los inyectores segreguen gotas de agua que dañan la tinta consolidada y  la convierten en viscosa.

Este proceso permite cierta calidad en cada impresión. Y las gotas antes nombradas se quedan bajo la placa de impresión situada en un rodillo ajustado a cada movimiento del papel, pasando después a una cámara ubicada en la impresión, que recoge estos sobrantes.

Por último, es necesario saber que la cantidad de tinta que se necesita para la limpieza y mantenimiento de los cabezales se evapora con el tiempo. La capacidad de estos cabezales está preparada para aguantar durante toda la vida útil de la impresora.


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