Es cierto que las modernas e innovadoras impresoras 3D incluyen una cantidad de mejoras que distan, en gran medida, de sus tradicionales antecesoras, como la impresora de tinta o la tipo láser; sin embargo, no dejan de ser máquinas de trabajo y, como tales, requieren de un correcto mantenimiento, más o menos regular en base al uso que hagamos de ellas, para conseguir que trabajen de manera óptima la mayor cantidad de tiempo posible. 

Por otro lado, el lugar en el que coloquemos nuestro equipo de impresión, esto es, el ambiente que elijamos para la impresora 3D también va a influir de manera determinante en la frecuencia requerida del mantenimiento que vayamos a darle. 

Bien, con el propósito de que consigas unos correctos hábitos de cuidado de tu impresora 3D, te vamos a dar una serie de consejos basados en las diferentes operaciones de mantenimiento básico que debes seguir para cuidar bien de tu impresora: mantenimiento de la cama y de los baleros, la limpieza del cabezal, etc.

Tu impresora 3D es un equipo delicado al que has tenido que dedicar una inversión importante, por tanto, te recomendamos que leas este artículo con el fin de que puedas disfrutar de sus resultados el máximo tiempo posible.

¿Qué materiales necesito?

Para empezar, debes conseguir una serie de materiales concretos, adecuados para las necesidades de mantenimiento básicas a las que vamos a hacer referencia a continuación. De esta manera, te dejamos la lista de las diferentes herramientas que vas a precisar cuando comiences las tareas de mantenimiento:

  • Espátula
  • Pincel
  • Brocha
  • Papel de cocina
  • Soplador de aire
  • Cinta de doble cara
  • Llaves Allen (necesitarás la M2 y la M3)
  • Cepillo de púas
  • Grasa para baleros
  • Cinta masking

Paso Nº1: Limpieza de la boquilla

El primer paso que debes realizar para el mantenimiento básico de tu impresora 3D consiste en limpiar correctamente la punta de la boquilla. Esta tarea es una de las más usuales junto con la de la limpieza del cabezal, ya que, tal y como sucede con esta última, debes realizarla una vez finalices cada una de tus impresiones.

Esto es así porque, de esta manera, prevenimos la posibilidad de que el filamento pueda quedar adherido a la punta de la boquilla en lugar de a la base de impresión.

La pregunta ahora es de qué manera debemos limpiar nuestra boquilla para que el resultado sea óptimo. Bien, para contestarla debes tener a mano tres de los materiales a los que hemos hecho mención en el apartado anterior, ya que este paso se puede realizar tanto con un cepillo de púas, con una espátula o con unas pinzas de punta fina. Cualquiera de estas tres herramientas nos ayudará a eliminar los restos de plástico que hayan quedado pegados a la punta de la boquilla.

En cuanto a cuándo debemos llevar a cabo esta limpieza, la respuesta es después de cada uno de los usos que le des a tu impresora 3D; una vez se haya secado del todo el filamento de la punta de la boquilla, procederemos a retirarlo mediante uno de los tres materiales que hemos mencionado previamente.

Paso Nº2: Limpieza del cabezal/extrusor

Llegamos a un punto muy importante, ya que la tarea de limpieza del extrusor, es, posiblemente, el paso que más se repite y el que mayor importancia reviste.

Esto es así porque debemos evitar a toda costa que no llegue a cristalizar el filamento y quede dañado, como consecuencia, el extrusor (que, además, es una de las piezas más caras que componen nuestra impresora 3D). Para ello, deberemos sacar todo el filamento que se encuentra en el interior del cabezal una vez hayamos realizado nuestra última impresión mientras dejamos que nuestra impresora continúe funcionando. Así, para conseguir extraer todo el filamento, puedes ayudarte con la llave Allen de tipo M2 pero, eso sí, cuidando de que no permanezca demasiado tiempo dentro del aislador con el fin de que no quede atascada. En el caso de que no dispongas de una llave Allen, tienes la opción de usar cualquier otra herramienta de pequeñas dimensiones y rígida que no pueda fundirse si se expone a una temperatura de 200ºC.

El momento en el que debes llevar a la práctica la eliminación del filamento es justo después de cada uno de los usos de tu impresora 3D y dejarla purgar entre 20 minutos y 1 hora.

Paso Nº3: Mantenimiento de la cama de impresión

Debes prestar especial atención a la cama de impresión con el fin de que tus creaciones puedan imprimirse de manera correcta sobre la superficie adecuada, de manera que estas se impriman con la justa adhesión según el material empleado (ya sea ABS o PLA) y sin ningún tipo de obstáculo a la hora de imprimir de manera plana.

Para llevar a cabo este paso, puedes optar por hacerlo de dos maneras:

  • Limpieza de la cama: Para ello, necesitarás una espátula metálica con el fin de eliminar los restos de filamento adherido a la base; también puedes introducir la base en agua caliente (poco tiempo) para que se desprenda de manera más sencilla.
  • Adhesión del filamento: bien con cinta doble cara para el ABS o bien usando cinta masking para el PLA.

El momento para realizar este paso es cada vez que encuentres filamento sobre la cama o cuando se quiera amoldar a un tipo de filamento distinto.

Otro consejo: Cuando vayas a iniciar una nueva impresión, intenta colocar la cama en un lugar lo más bajo posible y trata de ajustarla a la altura de la impresión de la boquilla. Esto es así para evitar estropear la boquilla o rayar la cama de impresión.

Paso Nº4: Baleros y Barras

Por último, pero no menos importante, otra de las tareas que tendrás que realizar para mantener tu impresora 3D lo más cuidada posible, consiste en el mantenimiento de las barras y los baleros, con el fin de evitar que el material se oxide; además, con esto conseguiremos mejorar el movimiento a la hora de imprimir.

Para ello, tan solo necesitarás grasa para baleros, una brocha (para extender la grasa sobre las barras), un pincel (con el fin de aplicar la grasa de manera más delicada en el nivel de los baleros) y papel de cocina (para limpiar los sobrantes de grasa).

El momento indicado para proceder a este tipo de mantenimiento dependerá del lugar en el que se encuentre instalado nuestro equipo de impresión y esta frecuencia puede moverse entre los 2 meses y 1 año. Así, en el caso de que el uso que se haga de la impresora sea muy escaso y se encuentre en unas condiciones magníficas, esta tarea puede demorarse hasta pasado un año y realizarse de manera anual. Por el contrario, si usamos de manera continuada la impresora y la tenemos colocada en un lugar repleto de condiciones adversas como polvo, calor, sol, etc, deberemos reducir el tiempo de mantenimiento a dos meses (bimensual).

Categorías: Rec-line

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